Filandón viene de filo, que es una palabra igual que hilo, y, por lo tanto, significa hilar. Para eso se reunían junto a la lumbre las mujeres después de cenar, mientras los hombres trenzaban el mimbre, en los largos inviernos de la montaña leonesa. En estas sesiones contaban historias y sucedidos que se fueron así transmitiendo oralmente de generación en generación.
Ahora, tres escritores leoneses, Luis Mateo Díez, Juan Pedro Aparicio y José María Merino, han recuperado estos encuentros, que tuvieron lugar en muchos otros lugares.
Más información: NORTE DE CASTILLA
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