Te defines como narrador oral, pero ¿en qué consiste exactamente este arte?
Se trata de contar historias a la gente, como hacían los juglares en la Edad Media. Es una profesión que se fue perdiendo, pero que últimamente se está recuperando. Es una invitación a imaginar.
¿Venir de la radio te ha ayudado mucho para contar historias?
Sí, la verdad es que mucho. Las diferencias son pocas, sobre todo a la hora de usar la voz, aunque el lenguaje gestual en la radio no existe y aquí resulta vital. Y luego el público, que en la radio te lo imaginas y en la narración oral lo tienes delante.
¿De qué tratan tus cuentos?
Yo cuento historias de todo tipo. Hay algunos narradores que utilizan un hilo argumental y, a partir de ahí, extraen diferentes cuentos, pero yo prefiero ir alternando. Si cuento algo dramático, a continuación cuento algo más desenfadado. Un poco según se vaya viendo al público.
En eso la experiencia es un grado...
Sí claro, la experiencia te da oficio y tienes más posibilidades de comunicación, puedes conducir mejor las historias. Como en todo arte con la experiencia se aprende mucho.
¿Hay muchos narradores profesionales?
Somos ya unos cuantos. Profesionalmente en Madrid yo calculo que unos 30, aunque no todos viven de ello. Pero si me consta que hay algunos que se dedican en exclusiva. Yo lo compagino porque soy músico y me gusta también lo que hago, pero yo creo que podría dedicarme sólo a la narración oral si quisiera.
¿Hay espacios que os permitan contar vuestras historias?
Los hay, aunque para adultos cada vez menos, porque los cafés que apostaban por estas historias se están echando un poco para atrás. Abre alguno nuevo, pero abandonan más de los que empiezan. El circuito está, sobre todo, en los niños. En actividades de ocio infantil y en iniciativas de animación a la lectura, fundamentalmente en bibliotecas.
Tu cuentas historias tanto para adultos como para niños. ¿Dónde te desenvuelves mejor?
A mí me gustaba más contar historias a adultos, pero he de reconocer que cada vez disfruto más con los niños. Cuando terminan y te dan un beso, o te dicen que les ha gustado mucho, eso es maravilloso.
ARTICULO COMPLETO: RIVAS KALLEJEO
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