El pasado Jueves, como clausura de la fase prenavideña de esta edición de Los Cuentos de la Luna, tuvimos a David Murillo. Colombiano, actor, cuentero, cantante, gestero dicharachero… Empezó un poco indeciso al no conocer el carácter expectante y abierto de nuestro público y anduvo tocando diferentes palos hasta encontrar la mejor conexión… y lo consiguió, vaya que si.
La primera parte, salvo un cuento sobre dos estatuas de la plaza de su ciudad y sus problemas de convivencia como pareja, fue de “coitus interruptus”. Primero de canciones sudamericanas que cortaba cuando ya todos nos lanzábamos y luego comenzando tres cuentos que interrumpía cuando en todos ellos se pasaba por una cueva, con la promesa de dar solución a UNO de ellos, el que eligiera el respetable, en la segunda parte.
Tras el descanso, se produjo el recuento de votos del público -dudosamente democrático- y la enmienda de los comicios por parte de la dirección -en plan despotismo ilustrado- y tuvo que contar los tres. Varios diabéticos tuvieron que ser atendidos en este punto por lo azucarado de los finales, como bien nos había advertido David, que se supo ganar al público con su humor, su capacidad de improvisación y su genial y apropiada versión de caperucita cantada, con música del “Devórame otra vez”.
Y se acabaron los cuentos por este año, ahora nos queda el continuo zapeo entre grises noticias, comidas, anuncios de colonias, cenas de empresa, cuentos preelectorales, cenas familiares y el tan esperado mensaje navideño del rey.
Sobrevivid por favor, que cuando empiece el nuevo año nos volveremos a encontrar con espirituosos en las manos, escuchando en buena compañía “Los Cuentos de La Luna”
No hay comentarios:
Publicar un comentario