Fernando Gomarín y Juan Haya han editado un manojo de excelentes versiones del mejor Romancero de CantabriA.
En su prólogo, Gomarín y Haya subrayan oportunamente la vinculación de Diego Catalán con la tradición oral de Cantabria. Algunos de los trabajos primeros y más afortunados de Diego Catalán sobre el romancero tuvieron su origen y estímulo en textos singulares recogidos en el occidente de Santander, en encuestas juveniles de la década de 1940: Don Manuel de León y el Moro Muza; La guarda cuidadosa; La fuerza de la sangre, entre otros. Muy posteriormente, para la primera experiencia de encuestas colectivas de amplio alcance, y el adiestramiento de nuevos exploradores del Romancero hispánico, Diego Catalán eligió como banco de pruebas las comarcas de Liébana y Polaciones, y la decisión no pudo ser más acertada.
ARTICULO COMPLETO: EL DIARIO MONTAÑES
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