El Palacio del Infantado ha acogido de nuevo la cita cultural más destacada y con mayor gancho de público durante las últimas décadas, la fiesta de la palabra como desde distintos ámbitos se ha definido a la ciudad Guadalajara gracias al Maratón, que se ha convertido en una de sus señas de identidad cultural.
El balance final de esta XXIII edición del Maratón de los Cuentos de Guadalajara, ofrecido por la presidenta del Seminario de Literatura Infantil y Juvenil de Guadalajara y hasta hace poco más de un año directora de la Biblioteca Pública Provincial, Blanca Calvo, esclarecía que el número de narradores, que durante estas 46 horas han participado, se ha elevado a 1.293, sumando la cifra total de 781 cuentos.
Pero Calvo restó importancia a las cifras y tuvo palabras de agradecimiento para la ciudad de Guadalajara, para los muchos voluntarios que hacen posible que todo esté a punto y para el Seminario de Literatura Infantil y Juvenil de Guadalajara, entidad que desde 1992 se ha ocupado y preocupado de mantener, mejorar, cuidar, mimar y defender este maratón de narración oral en tiempos de nuevas tecnologías, incomunicación, mediocridad y de crisis no solo económica.
El público, los narradores profesionales, los narradores espontáneos y los que llevaban tiempo preparando su cuento, en esta edición en torno a algo tan natural y transparente y necesario como el agua - eje central de la presente edición-, han disfrutado de un maratón que se complementa con otras actividades que han hecho que la ciudad de Guadalajara saliera del letargo del frío invierno como los espectáculos de calle, la música, talleres, exposiciones, charlas y conferencias, proyección de cortos, la venta de poemas por encargo, la narración de cuentos mediante se tejen lanas, rutas turísticas en torno a las aguas y fuentes de la ciudad. Una ciudad abierta y desde hace veintitrés años unida a los cuentos.
FUENTE: DÍARIO CRITICO
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