'Los cuentos clásicos son la primera gran lección sobre la vida'
Si se alejan de los niños a los espectros y gnomos, serán los mismos niños quienes los fabriquen (...). El miedo no surge de los cuentos de hadas, el miedo surge del universo del alma'. Frente a quienes abogan por sumergir la infancia en un cosmos literario en el que no quepan ni el peligro ni el mal, Luis Daniel González suscribe sin dudarlo este pensamiento de G. K. Chesterton. Especialista en literatura infantil y juvenil, una de sus obras más recientes -Bienvenidos a la fiesta (CIE Dossat)- es una detallada guía de lecturas para niños y jóvenes en la que analiza 1.650 autores y más de 2.000 obras.
¿Qué criterios deberían tenerse en cuenta para elegir un libro para un niño o un adolescente?
Creo que aquí pasa lo mismo que con las comidas: hay que intentar dar a los niños lo que cubra sus necesidades, que muchas veces no es lo más sofisticado. Lo ideal sería crecer con un gusto amplio y un estómago sano que a uno le permitieran saber escoger bien y luego comer sin problemas toda clase de alimentos. Pero normalmente no es así: las lecturas que a uno le atraen, a otro pueden interesarle menos, según la edad y las circunstancias. Por eso, tantas veces, las recomendaciones generales sirven de poco y se trata de apoyarse en las inclinaciones de los chicos para llevarles luego a otras mejores.
¿Cómo se inculca a un niño la afición a la lectura?
Además de contarles historias y compartir lecturas con ellos, será más fácil que lleguen a ser buenos lectores si, desde el principio, se les dan libros de calidad. Para los más pequeños aconsejo vivamente conocer el mundo de los álbumes ilustrados, entre los cuales hay verdaderas maravillas. Luego viene bien recordar que la lectura se pega, sobre todo, por contagio: porque ves a tu madre leyendo algo y riéndose para sí misma, porque tus padres comentan en la comida una obra, porque un amigo te habla con entusiasmo de un libro...
¿Hay influencia de la denominada 'corrección política' en los textos de los libros infantiles actuales?
Claro que hay. Muchos relatos se confeccionan procurando que no falten gotas ecologistas, feministas, multiculturales, etc. O, en otro punto del proceso, hay relatos que no pasan la criba editorial debido a que les faltan esos sabores. Ironizando sobre eso, hace unos años James Finn Garner publicó tres libros muy divertidos: Cuentos políticamente correctos, Más cuentos políticamente correctos, y Cuentos de Navidad políticamente correctos.Hay corrientes que van más allá y abogan por expurgar los cuentos clásicos de lo que califican como elementos de violencia o sexismo. Entre otras cosas, quienes piensan así están sosteniendo que los niños de ahora son más tontos y tienen menos capacidad de discriminación que nosotros. Además, llevando ese razonamiento al final, habría que evitar también que lean los periódicos y vean los telediarios. Es justo al contrario: el miedo no está en los cuentos, sino en la vida y lo que los cuentos nos enseñan es que el miedo y los malvados pueden vencerse. En ese sentido, los cuentos clásicos son la primera y mejor introducción a la dureza de la vida.
J. R. R. Tolkien afirmaba que la inteligencia de los niños no siempre se respeta en la literatura infantil. ¿Cuál es su opinión?
Pienso que no se deben escribir libros guiñando el ojo a los adultos por encima de la cabeza de los niños, como decía Astrid Lindgren. También estoy de acuerdo con Borges cuando decía que quien escribe para niños corre el peligro de caer en la puerilidad, algo cierto, antes y ahora. En mi opinión se trata de ponerse en cuclillas, al nivel del niño, y, a la vez, de no caer en la trampa de las simplificaciones abusivas.
¿Es una buena noticia que un preadolescente disfrute con Ricardo III o con La tempestad?
Mi respuesta es sí. En un colegio, una niña de trece años me decía que su padre le insistía en que leyera el Quijote y me preguntaba que qué me parecía. Le dije que eso indicaba que su padre tenía confianza en ella. Dos actitudes básicas son las de confiar en la inteligencia de los chicos y en la potencia de los buenos libros, mucho más que en cualquier estrategia publicitaria .
¿Las Crónicas de Narnia o Harry Potter?
Mi consejo dependería de la edad, la madurez lectora, de si el destinatario ha visto o no las películas... Ahora mismo, para una mayoría empezaría por Harry Potter. Las Crónicas de Narnia requieren un lector más pausado y reflexivo, y, además, pueden tener una ventaja si el chico es ya lector: mientras las películas de Harry Potter están calcadas sobre los libros correspondientes, los libros de Narnia son mucho más ricos y no los agota ninguna película.
Natalia Sanmartin Fenollera. DIARIO 5 DÍAS.
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