Hay una riqueza que, pues no se mide en dineros contantes o sonantes, porque es inmaterial, hace acaudalados a los pueblos. Tal sucede con los relatos que viven en la memoria, ¿desde cuándo?, de las comunidades. Bien se aprecia y bien se patentiza tal circunstancia en los «Cuentos populares recogidos de la tradición oral de España», de Aurelio M. Espinosa, con amplia introducción de Luis Díaz Viana, profesor de investigación del CSIC , y Susana Asensio Llamas, que ha sido profesora en Columbia y en New York University. Zamora aparece representada con 19 narraciones, llenas de gracia, de antigua verdad, de picardía, de hondura grácil. La autoría anónima o colectiva también sabe crear y recrear.
Espinosa, filólogo y folklorista, efectuó un gran trabajo de campo en 1920. Son 280 textos, que el norteamericano, de origen español, profesor de la Universidad de Stanford, recopiló en distintas regiones. «Constituyen la más representativa colección en su género. La abundancia e interés de las versiones que encontró en la península pronto superaron sus previsiones, mostrando el tránsito de las narrativas de procedencia oriental hacia Europa y América, a través de la encrucijada cultural peninsular», indican Díaz Viana y Asensio Llamas.
La tradición oral de Zamora aportó esos 19 cuentos populares. Espinosa recogió las historias tituladas «El pandero de piojo», «El santo del sastre», «El molinero ladrón», «La dóisima próisima» (una delicia de relato), «Los consejos de un padre», «Condenados en vida», «La mujer mandona», «La esposa desobediente», «La niña sin brazos», «El diablo maestro», «Los tres trajes», «María del Rosario», «El castillo de Irás y No Volverás», «El lobo cree que la luna es queso», «Cabrín cabrates y lobín lobates», «El sapo y la sapa», «El gato, el peso y los lobos», «La pega y sus peguitas» y «El oso, el lobo y la zorra».
ARTICULO COMPLETO: LA OPINIÓN DE ZAMORA
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