miércoles, diciembre 01, 2010

NARRACIÓN ORAL DE AFICIONADOS EN EUSKADI

Los Rincones de la Palabra. Por Virginia Imaz

El regreso del verano fui invitada a acompañar a la gente que narra habitualmente en el “Txoko del narrador” en el centro cultural Ernest Lluch de Donostia. Se trataba de dar continuidad a un taller de formación de narración oral que había impartido el año anterior y que había sido diseñado para personas mayores de 55 años. Pocas veces en mi vida me he sentido tan honrada. Todavía me emociono profundamente al recordar a esta gente tan sabia y elocuente que les puede, como a mí, la pasión por contar.
No son profesionales de la narración oral, son solamente gente veterana en el oficio de vivir, que tienen muchas historias dentro, de pura vida vivida. Y les encanta escuchar. Y les encanta narrar. Y a mí me encanta escucharles, porque en ocasiones más sabe el diablo por viejo que por diablo y tocar el corazón con lo que contamos no es prerrogativa de quienes hemos hecho de la palabra nuestro oficio. En nuestra geografía hay otras experiencias similares cultivando la oralidad en rincones inhabituales, reinventándose otra forma de hacer cultura. Hasta donde yo sé, también a Topaleku, con “el cuarto de contadores” o a la biblioteca de Getxo con “El club de los cuentistas de Algorta”, les anima un espíritu parecido: el empeño de que la gente adulta también pueda escuchar y narrar historias de manera regular en una cita que pretende ante todo ser un encuentro festivo alrededor de la palabra.
De hecho la mayoría de las personas que se animan a contar en estos foros llegan a hacerlo después de un complejo proceso de crecimiento interno donde cada quien se empodera y se “desescolariza”, dejando de funcionar como una criatura en una escuela tradicional, con el disco rayado de esto está bien, esto está mal, para entrar en otro tipo de valoraciones propias y ajenas, donde se aprecia la belleza de cada voz, de cada acento, de cada mirada, de cada gesto, de cada silencio. Salir de la comparación, de la medida emocional, es fundamental para seguir en la búsqueda de una voz propia, que tal y como yo voy comenzando a sospechar, es una empresa que dura toda la vida.
Narrar permite trabajar la memoria del corazón, que no va palabra por palabra o al pie de la letra sino que funciona a golpe de sueño y de anhelo, de miedos y de extravíos; narrar permite compartir, socializar, escuchar y sentir que te escuchan; crear y recrear, plantearse desafíos, tener proyectos; narrar también mejora nuestra expresión oral y nos anima a leer...
Los aspectos positivos de la actividad que se desarrolla en estos rincones no lo son sólo para quienes toman parte contando. Incluso defendidas con más entusiasmo que oficio o con más miedo que elocuencia, las historias son poderosas y a veces una sola palabra basta para abrir una puerta en el alma de quien escucha.
También la narración oral profesional sale ganando. Estas personas se convierten en público devoto de las lamentablemente aún tan escasas sesiones de cuentos para público adulto que se programan con narradores y cuenteras profesionales. Se trata de un público respetuoso y con criterio. De un público que hace más público. Este es el público que cuenta. Para quien desee iniciarse en este apasionante periplo de pertenecer a este tipo de público, he aquí la información de los tres rincones que yo conozco en Euskadi:
El cuarto de contadores en Topaleku (Bilbao) topaleku@bidesari.org. Tf: 944214785
Topaleku es un proyecto de Ocio y Encuentro Social que está dirigido a personas jóvenes mayores de edad. Ubicado en Bilbao, su objetivo consiste en dinamizar un espacio abierto y plural donde encontrarse, desarrollarse personalmente, integrarse socialmente y disfrutar con otras personas del ocio y la cultura.
Nace, al amparo de la Asociación Bidesari, y dispone de un espacio alegre y acogedor, abierto y plural, donde toda persona es bienvenida. Promueve actividades que buscan favorecer la cultura, interacción y el encuentro social a través del ocio positivo, dinámico y participativo.
"El Cuarto de Contadores" es una de estas actividades, que liderada por Carlos Saez y Gaizko Cirión se desarrolla el último viernes de cada mes a partir de las 20:30h. en torno a los cuentos contados de viva voz. Se puede participar no sólo escuchando sino también contando. Es un espacio para aquellas personas que sin ser profesionales desean compartir historias o para aquellas que disfrutan escuchándolas.
El txoko del narrador en el centro cultural Ernest Lluch (Donosti) amara@donostia.org. Tf: 943481915.
Esta actividad comenzó con la voluntad expresada por las personas mayores de esta ciudad que, para recuperar la tradición oral, querían aprender a contar cuentos. El equipo que lleva el programa + 55, integrado por Ainhoa Zabalegi e Iratxe García, entre otras personas, sensible a los deseos de este colectivo organizó hace cuatro años, un curso de narración oral con Rai Bueno en el que según confiesan sus participantes, mayormente mujeres, aprendieron a “husmear en su interior, a descubrir su deseo de contar y a encontrar en la mirada de quienes escuchaban la fuerza para mantener el relato”. Y el grupo decidió continuar juntándose para contar y escuchar historias los primeros jueves de cada mes, de 18:30h. 20:30h. Esta cita está planteada como un espacio de creación continua, donde puedes escuchar historias mientras que juntas coraje para lanzarte a contar si ese es tu deseo. En cada sesión mensual se reaviva el fuego de la fantasía y aparecen caras nuevas que se suman a las voces habituales.
El Club de los Cuentistas del Aula de Cultura de Algorta ( Villamonte ) cluwbdeloscuentistas.blogspot.com. Tf. 944319281.
Este club nació a finales de 1996 por iniciativa de Ana Regalado, bibliotecaria de la Casa de Cultura de Getxo. Los narradores y narradoras profesionales del colectivo A la luz de las velas colaboran también habitualmente en este proyecto que tiene lugar el segundo viernes de cada mes, de octubre a junio, y la mecánica es muy sencilla: cada sesión tiene un tema de cabecera y quien desea contar un cuento da su nombre al principio. Es la propia Ana quien se encarga de dar los turnos, aunque respeta las preferencias de quienes van a narrar. Habitualmente se juntan alrededor de 100 personas, de las cuales 15 o 16 contaran historias tradicionales, de creación propia o de la literatura escrita.

ARTICULO PUBLICO EN: ARTEZ. Revista de las Artes Escénicas

1 comentario:

El Cuento - Ipuina dijo...

¡Qué bonito este artículo de Virginia! Y ¡Qué ilusión encontrarlo aquí! Yo soy una de las personas que acuden a la reunión mensual del txoko. Aunque no tengo 55 años, hace ya un año, cuando me enteré de que existían les pregunté si podía unirme a ellos y me acogieron con los brazos abiertos. Es un placer escucharles y contar con ellos. Para mí está siendo una de mis principales escuelas