Antonio Rodríguez Almodóvar ha dado un paso más para acercar los cuentos populares a los “lectores adolescentes de hasta 90 años” —en sus palabras— con la colección Los cuentos de la luna llena (Editorial Oxford). “El origen de nuestros cuentos populares de tradición oral se remonta al principio de los tiempos, cuando la humanidad deja de ser cazadora, se asienta en un territorio y nace la agricultura. Es entonces cuando surgen estas historias que, con algunas variantes, se repiten en todas las culturas”, explica Rodríguez Almodóvar (Alcalá de Guadaira, Sevilla, 1941), quien ha iniciado la colección con tres títulos en los que reescribe Blancanieves y los siete enanitos, La bella y la bestia y Blancaflor.
Los cuentos, con dibujos de tres ilustradores españoles, están basados en las primeras versiones de las historias. “En este mundo, lo primitivo es lo más complejo. Yo los escribo a mi manera pero recupero sus características iniciales, antes de que los fabulistas del siglo XVIII les añadieran sus moralejas y antes también de que los escribieran los hermanos Grimm”, apunta.
Los libros, publicados el pasado septiembre, se basan en la tradición oral del Mediterráneo, “la que nos resulta más cercana”, apunta el cuentista que ha sido Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil en 2005.
El cuentista pretende captar al público adolescente con la vuelta a las historias originales
“Para Blancanieves he recuperado el nombre que le dan los folcloristas latinoamericanos a principios del siglo XX, de forma que el cuento se titula Blanca de Nieve y sus siete hermanos. Es una historia que aparece en todas las culturas, incluso en el antiguo Egipto y en China”, apunta el escritor, autor de más de 50 títulos entre cuentos, novelas, textos dramáticos y poesía.
Ilustrada por Carme Solé Vendrell, Blanca de Nieve no se encuentra en el bosque con siete enanitos, sino con sus hermanos a los que su padre expulsó de casa cuando ella nació y que se habían convertido en bandidos. “En mi versión, como en las más antiguas, la bruja y la madrastra son dos personajes distintos y Blanca de Nieve se envenena con un anillo dormidero, no con una manzana, como escribieron los Grimm”, afirma Almodóvar quien, si sigue contradiciendo a los cuentistas alemanes, corre el peligro de perder el título que le otorgó Ana María Matute en su discurso tras recibir el Premio Cervantes en 2011, cuando llamó al escritor sevillano “el tercer hermano Grimm” por su trabajo en la recopilación de los cuentos tradicionales españoles.
La hija del diablo, con dibujos de Max, recrea la historia de Blancaflor. “Se trata de uno de los cuentos más antiguos y hermosos que existen porque comparte materia mítica con la tragedia griega Medea. La obra que escribió Eurípides es la versión culta del cuento de tradición oral”, aclara el escritor, quien ya está trabajando en nuevas obras para la colección sobre Cenicienta y El árbol que canta, este último para de una leyenda del norte de India.
El tercero de los cuentos elegido por Rodríguez Almodóvar para “enganchar” a lectores adolescentes es Amor gasta zapatos de hierro, su versión de La bella y la bestia que cuenta con unas coloristas ilustraciones de Federico Delicado y algunas coplillas con ecos flamencos.
FUENTE; EL PAÍS
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