Un libro precioso, absolutamente recomendable, una oda al amor a los libros, en un tono divertido, irónico y sorprendente.
Y con una defensa a ultranza de los cuentos:
"Me gustan tanto los cuentos de hadas, y creo tanto en ellos, que una vez organicé una sociedad para la difusión de la literatura de hadas, y en la primera reunión de esta sociedad decidimos pedir al comité de educación que quitara las matemáticas del programa de las escuelas públicas y que en su lugar pusiera cuatro años de literatura de hadas, que continuarían, si el alumno lo deseaba, con un curso de postgrado sobre demonología y folklore." Páginas 22 y 23.
Y otros capítulos tan sugerentes como "V. LA CALVICIE Y EL INTELECTO"
¡Genial!
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