Cada vez más vecinos son víctimas de una modalidad delictiva que, en la jerga policial, se conoce como "cuento del tío". Estos ataques, cuyos perpetradores son definidos por las empresas de servicios públicos como "falsos operarios", ocurren a toda hora y en cualquier barrio de nuestra ciudad y se han incrementado de manera alarmante en los últimos meses, sobre todo en casas habitadas por adultos mayores.
"Vino un hombre vestido como operario de Camuzzi y me dijo que el regulador del medidor de gas de mi casa perdía y que, si yo quería, me lo podía arreglar por $ 350. Accedí ante esta oferta, pero después me di cuenta que me había estafado y me quise morir", relató a este diario, Delia Lorenzo, vecina de la calle 20 Nº 816.
SE MIRE COMO SE MIRE, LOS CUENTOS SON SIEMPRE PELIGROSOS
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