lunes, abril 23, 2007

El jueves 19 contaron Iñaki Carretero y Uxue Zapata

Quiero ver otra vez a Iñaki en acción.

Porque aún estoy dudando de si el jueves estuvo o no estuvo en La Luna.

En cuerpo estuvo, todos los presentes le pudimos ver, pero el alma, o de donde sea que salen los cuentos, se la dejó olvidada en alguna parte.

Mostró una insistencia exagerada en comunicarnos y luego recordarnos que va a dejar los cuentos y a tomar otros caminos, y entre comunicado y recordatorio nos mostró la magia que pueden contener las palabaras, pero magia contenida en vitrinas, se ve pero no se toca; contando con el oficio de un torero muy placeado, sin arrimarse.

La sesión infantil, escuchada con niños, ha de ser una gozada. Historias que enseñan a mirar un libro, a poner las palabras que le den significado, a imaginar. Pero algunos de los asistentes, por mucho que lo intentáramos, no pudimos despojarnos de veinte, treinta o más años y estar a la altura.

Para adultos, trajo algunos cuentos maravillosos (algunos, porque lo de hacer pasar la Odisea por la historia de Tartalo no sé si coló), y no niego que me arrancó lágrimas en más de una ocasión (y le doy mil gracias), pero los trajo en el macuto y en la cabeza. Le salvó el material: con esa materia prima el guiso nunca puede salir malo.

Y le salvó la guitarra de Uxue, que acunaba los corazones para recibir las palabras con el amor que merecen. Gracias Uxue.

Todos tenemos días buenos, malos y regulares; yo el primero. Por eso quiero ser indulgente, (por eso y por lo de la primera piedra, que dijo el palestino aquel hace unos siglos...), y por eso quiero ver otra vez a Iñaki. Porque ambos necesitamos que me guste más. Y que me vuelva a arrancar una lágrima y una sonrisa, que tanta falta hace.

No hay comentarios: