La palabra dicen que tiene la fuerza de un arma. Hay un lugar donde los indígenas cortan los arboles utilizando solo las palabras, le hablan al árbol hasta convencerlo de que caiga. Las palabras han servido para incendiar, para agitar, para atemorizar…… Hay gente que mata con las palabras y luego se lava las manos. Otros juegan alegremente con las palabras sin darse cuenta de las carga el diablo. Pero hay algunos de estos mercaderes de palabras, fariseos de labios blancos, que no se puede decir que no sepan el valor que tienen las palabras, ya que llevan años utilizándolas para matar. Matar las ideas, el libre pensamiento, matar sueños, democracia, matar la libre convivencia…….y en algunas ocasiones la han utilizado para justificar que otros maten realmente o para que otros mueran sin prestarles ayuda. Estoy hablando de la Iglesia Católica, Apostólica y Romana. Este “negocio por los siglos de los siglos”, con honrosas excepciones, siempre ha tenido en su cúpula un aire de club particular preocupado por los negocios y la política, disfrazado de espiritualidad. Nos podíamos remontar a temas como la inquisición, la venta de reliquias, las bulas papales, los estados vaticanos, las condenas a librepensadores, la justificación de regímenes asesinos y dictadores……pero la lista sería demasiado larga. Hoy por hoy encontramos suficientes ejemplos de utilización de la palabra para asesinar moralmente, mentir y aniquilar al contrario o al que no piensa igual. Los obispos, su cadena COPE…., se han convertido en voceros de la tergiversación, la falsedad y el odio (justo lo más alejado de la supuesta caridad cristiana que predican). Las mentiras con la asignatura de “educación para la ciudadanía”, el silencio ante los abusos de curas pederastas, la utilización política de las ondas, los olvidos interesados de la memoria historica…. Por desgracia también en la actualidad la lista de descabellos sería larga.
Los narradores tradicionales sabían bien de todo esto, por eso el folclore de cuentos populares está lleno de descripciones de curas poco éticos. Y como nuestra arma también es la palabra, la palabra tradicional, la vamos a usar. Vamos a ir poniendo en el blog una recopilación de cuentos tradicionales sobre curas y monjas, que reflejan lo que el pueblo llano, pensaba y piensa sobre ellos.
“Si los curas y monjas supieran
la paliza que les vamos a dar.
Subirían al pulpito gritando:
Libertad, libertad, libertad”
HIMNO DE RIEGO
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