viernes, diciembre 12, 2008

LA MUERTE DESPUÉS DE LA MUERTE


En el puerto de la Pedraja, entre Burgos y La Rioja, hay un lugar donde trescientas personas (250 hombre y 50 mujeres) fueron asesinados por sus ideas, en la misma noche, sin cargos y sin juicio, a oscuras. Asesinados por fascistas que eran personas con nombres y apellidos. Asesinos que conocían a los que disparaban. Gente que luego fueron personas de bien en esa larga época de dictadura y oscuridad. Asesinos conocidos y reconocidos que se han sentado en despachos e iglesias, siempre cerca del poder.

Y mientras los muertos permanecían en el silencio. El silencio del olvido, de la prohibición para sus familias de visitar el lugar negado de su tumba.

Por fin llego esto que llamamos democracia y cada 1 de noviembre se producía una triste peregrinación a aquel lugar, un claro de piedras y matojos. Y los familiares decidiron no exhumar a nadie; aquella noche fatídica los asesinos obligaron a los vecinos de los pueblos cercanos a cavar a golpe de culata. Todos saben quien esta allí saben sus nombres y no quieren que nadie los moleste más. Solo se han permitido erigir un monolito para honrar la memoria y habían solicitado que se declarara aquel espacio cementerio civil.

Pero este año, los que llegaron de lejos para honrar a sus muertos se han encontrado con que el aquel lugar se había construido un merendero improvisado alrededor de los túmulos, instalado mesas y bancos y un cartel "Valbuena, área de descanso del Camino de Santiago". ¿Qué es esto?, se preguntan familiares y visitantes. En un puerto enorme, con kilómetros y kilómetros de tierra vacía, de espacio disponible, la Junta de Castilla y León a decidido construir un merendero encima de un lugar que debía ser de memoria. Una vez más los fascistas han vuelto a matar. En unas ocasiones matan personas a golpe de disparo. En esta asesinan la memoria a golpe de decreto. Esto es la muerte después de la muerte.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Si únicamente fuera éste hecho y en éste lugar, sería una anécdota. Peo es mucho más. Se están asesinando en nombre de la "crítica y de la pluralidad" todo tipo de ideas. La memoria histórica actual pasa por caja, y por las urnas.
Basta con que alguien manifieste un malestar hacía un símbolo, (sin juzgar si debe o no debe ser así), para que se derrumben varias generaciones de creencias. Entonces como va a asombrar que no se respete el derecho de unos pocos a honrar la paz de sus difuntos.
Realmente no nos están matando otra vez, nos estamos suicidando poco a poco, en aras de la globalidad y del "respeto".