Y como se trataba de algo especial, el picoteo lo fue y también los amigos, los de aquí y otros de Álava, Guipúzcoa, Guadalajara, Madrid, Valencia, Polonia y hasta de algún que otro Califato independiente... Y las muchas palabras que se oyeron encarnaron recuerdos y cuentos, y a ratos hasta nos quedamos sin ellas.
Casi todos lo conocéis por ser uno de los que empezaron esto de la narración. También por esta página y la programación de cuentos de “La Luna”, donde hace más de 17 años viene sembrando de sueños la ciudad de Logroño y tantas otras de todo el mundo en cuyos festivales ha participado.
Pero no desgranaré su currículo porque lo que celebramos fue que lleva medio siglo haciendo camino. No el ya trillado, no el fácil, el suyo. Con muchos recodos y vericuetos para aprender, para abrir los ojos al mundo, para que otros los abriesen, para echar una mano o una copa con un amigo, para hallar el amor... Y va dejando huella con sus palabras, con sus risas, sus abrazos y besos...
Y no creo que pare, así que si se cruza en vuestro camino, dadle el alto con una copa de vino, un abrazo y sentaos a escuchar historias de cuando las bicicletas tenían las ruedas cuadradas...
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