Nadie lo hubiera imaginado, pero 2012 es el año de Blancanieves. El cuento de los hermanos Grimm reaparece en tres películas. La versión más extraña será la de Pablo Berger, rodada como cine mudo, con Maribel Verdú de protagonista. En junio se estrenará 'Blancanieves y la leyenda del cazador', con Kristen Stewart de Blancanieves y Charlize Theron como madrastra.
La primera en llegar es ésta de incoherente título, que si no acaba de destacar por nada en especial, sí funciona como fresca, entretenida y amable cinta familiar. 'Blancanieves (Mirror, mirror)' retoma el cuento intentando conservar su esencia de aventura clásica, pero añadiéndole toques al gusto contemporáneo. Ahí están la ironía siempre presente, la secuencia del tratamiento de belleza de la madrastra o el hecho de que la princesa no quiera ser salvada por el príncipe sino que tome ella la espada.
Tarsem Singh ('Inmortals') apuesta por la contemporaneidad, la ligereza y una dirección artística y de vestuario que coquetea con la estética kitsch de los cuentos, reformulándola con brillantez. Un juego de equilibrios que se extiende a toda la película, que se mueve entre la revisitación de la aventura clásica (con 'La princesa prometida' al fondo), el cuento infantil y la comedia actual, formando un dulce chantilly sin grumos pero también sin sorpresas que recordar.
Julia Roberts se divierte a sus anchas jugando con la maldad de la madrastra. Lily Collins (sí, la hija de Phil) también está bien como la inocente Blancanieves (para solaz de los amantes de las bellezas de grandes cejas). Sean Bean ('Juego de tronos') sólo sale al final, a recoger el talón. Y quienes se llevan el gato al agua son los siete enanos, los más salados de la función, que dan la única sorpresa al convertirse en ¡enanos gigantes!
DIARIO VASCO
No hay comentarios:
Publicar un comentario