Se me hace raro opinar sobre alguien de la casa. Y más aún si es mago, a ver si no le gusta y me convierte en sapo, (con lo difícil que es ya encontrar una princesa que te bese para romper el encantamiento...)
Por otro lado, cuento con la ventaja de una mirada virginal, pues nunca había visto a Diego en acción.
A través de la historia de su mentor, viejo tahúr, nos fue envolviendo en su red de cuerdas prodigiosas, de globos convertidos en flechas y manzanas, de jóvenes "voluntarios" que desafiaban la fuerza de la gravedad, y la de la vergüenza. (Por cierto, hubo ese día una asistencia especialmente cosmopolita, que tuvo también su cuota de participación. Saludos)
Los cuenteros evocan la magia de sus relatos mediante la palabra, y generalmente consiguen transmitirla al auditorio; pero Diego va un paso más allá y despliega esa magia ante la mirada asombrada del público. Así, la magia enriquece el cuento, el cuento justifica la magia, y entre ambos se dan razón de ser. Una forma original y poco habitual de contar cuentos.
Hubo espectadores más veteranos que yo que me dijeron que algunas eran historias ya conocidas, pero la sonrisa en sus caras me hace pensar que volvieron a disfrutar como la primera vez. Eso es bueno.
Volveremos a disfrutar con Diego, y espero que él con nosotros.
Por otro lado, cuento con la ventaja de una mirada virginal, pues nunca había visto a Diego en acción.
A través de la historia de su mentor, viejo tahúr, nos fue envolviendo en su red de cuerdas prodigiosas, de globos convertidos en flechas y manzanas, de jóvenes "voluntarios" que desafiaban la fuerza de la gravedad, y la de la vergüenza. (Por cierto, hubo ese día una asistencia especialmente cosmopolita, que tuvo también su cuota de participación. Saludos)
Los cuenteros evocan la magia de sus relatos mediante la palabra, y generalmente consiguen transmitirla al auditorio; pero Diego va un paso más allá y despliega esa magia ante la mirada asombrada del público. Así, la magia enriquece el cuento, el cuento justifica la magia, y entre ambos se dan razón de ser. Una forma original y poco habitual de contar cuentos.
Hubo espectadores más veteranos que yo que me dijeron que algunas eran historias ya conocidas, pero la sonrisa en sus caras me hace pensar que volvieron a disfrutar como la primera vez. Eso es bueno.
Volveremos a disfrutar con Diego, y espero que él con nosotros.
1 comentario:
Para mí fue un honor ser "voluntario" en la actuación de Diego Calavia. Y más honor fue el haberme casado (aunque fuera por unos pocos minutos) con una guapa americana :)
Un diez :)
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