Un juglar en el siglo XXI podría chocar más que un astronauta en la corte del rey Arturo, pero no. Matías Tárraga Manrrubia es un artista multidisciplinar, inspirado en los medievales, cantante, tañedor de instrumentos, pero experto en el espectáculo de hoy. Como historiador, su arte fluye sobre la inmensa cultura hispana. Como cuentista, despliega sus encantos con ese aire bohemio y un poco canalla. Como coordinador del I Encuentro Internacional de Juglares, que vivirá San Javier del 26 al 30 de agosto, reunirá a 14 artistas para entretener con el don del verbo.
- Le rindo todos los honores, pues su profesión de juglar dio lugar a la de periodista. Sin ustedes, puede que no existiéramos los plumillas.
- Pues sí. Los romances de ciego serían como el España Directo de nuestra época, o como El Caso. Trasladaban noticias y hechos de pueblo en pueblo. En el siglo XX aún algunos periódicos publicaban coplas del crimen, que era lo que hacía el ciego romancero. Muchos juglares de ahora cuentan cosas de su tierra. Juglar viene de iocularis, jugar, y en la fiesta se junta el poderoso con el resto y nadie es nadie. El juglar hace participar a todos como en un ritual. Trabajamos con arquetipos del imaginario colectivo, por eso nos ven cercanos.
ENTREVISTA COMPLETA: DIARIO LA VERDAD
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