Más de 30 años después. Lo que se produjo y emitió con espectacular éxito a finales de los años 60 y principios de los 70 –los divertidos primeros capítulos de Barrio Sésamo, con Epi, Blas y la Gallina Caponata, entre otros-, se interpreta ahora como un producto que refleja o incita a la pederastia, la homosexualidad, la obesidad o la depresión nerviosa y autodestructiva.
¿Por qué es malo ser homosexual?. Una secuencia de los inseparables Epi y Blas, en la que uno de los dos, desde la ducha, pide el jabón a su compañero; una escena en la que un desconocido ofrece a una niña beber un vaso de leche en su casa o, más allá, los espectaculares modales a la hora de comer del Monstruo de las Galletas, Triki, son llamadas a la homosexualidad, pederastia y fomento de la obesidad hoy día, respectivamente. Queda implícita, por cierto, la homosexualidad como un comportamiento o conducta reprobable en la cada vez más integrista sociedad norteamericana.
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