El jueves vinieron Ñaque de Gamba y Bruno (Juan Gamba y Bruno Gullo) con su espectáculo "El viaje de los tambores", celebrando además el aniversario de su gira con este montaje (¡felicidades!)
Y si alguien me pregunta, yo calificaría el resultado de este año de ensayos y rodaje como de muy destacable. Desde la elección del texto (uno de esos miles de pequeñas joyas ocultas en los depósitos de las bibliotecas), con ese viaje que emprenden los tambores hacia no se sabe dónde ("a otro país"), y su adaptación para ser narrado (he tenido la oportunidad de leerlo, y realmente creo que han hecho una labor estupenda en este aspecto), hasta su puesta en escena.
Aprovechando las experiencias previas de cada uno, su distinta formación y sus características individuales, ofrecen una puesta en escena muy equilibrada donde, en conjunto, no llega a sobresalir ninguno de ellos y siempre estás pendiente de la pareja; no hay momentos en los que uno de los dos sea espectador pasivo de lo que el otro esté haciendo.
Me interesaba destacar esto cuando pensaba en escribir esta crónica, porque parece que la solución ya estaba inventada (repartirse los papeles, el formal y el cómico, el serio y el clown), pero una cosa es que esta solución exista y otra ser capaz de llevarla a cabo sin que una de las dos tendencias desequilibre la balanza. Aquí es donde se ve la labor previa de elaboración y ensayo, y en mi opinión el resultado también merece un aplauso. Lo que han logrado es que el relato vaya siempre adelante, pasándose el relevo de hacerlo avanzar, o empujando entre los dos.
El uso de la voz, del gesto, de la música, y de los propios tambores, mantiene viva permanentemente la atención del público, que no decae en ningún momento.
Hay, sin embargo, algo que me pareció de más, y fueron los momentos en que se buscaba abiertamente la risa fácil, con referencias a noticias de la actualidad o caricaturas más o menos veladas de personajes públicos.
Esos pocos momentos de pronto ponen distancia entre el relato y el que lo escucha; por un momento te recuerdan que lo que estás viendo es mentira, sólo un cuento, y de alguna forma banalizan la buena labor realizada en todo el resto de la sesión. Y eso que ellos han sabido ver el mucho humor que ya contiene el relato y potenciarlo.
Salvo esto, que depende mucho -todo- de mis gustos personales, han conseguido un montaje dinámico, interesante y divertido. Otro gran descubrimiento para los que subimos los jueves a la luna.
1 comentario:
Gracias por la crítica! Tomamos nota!!
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