domingo, enero 24, 2010

CHÉJOV EL VERDADERO CUENTISTA

Érase una vez un comerciante de telas que viajaba por toda Rusia y al que le gustaban los cuentos que, al amor de la lumbre, se contaban en las posadas. Este comerciante tuvo una hija que heredó el amor de su padre por la literatura oral y que poseía una gran habilidad para narrarla, se llamaba Yevgeniya y fue la madre de Antón Chéjov. No me gusta detenerme en los datos biográficos pero este me parece muy pertinente porque muestra y demuestra la fuerza de la narración oral como primera forma de estructura literaria; más tarde Chéjov perfeccionaría esa estructura hasta límites insospechados como puede comprobar el que lea la magnífica edición de sus cuentos publicada por la editorial Alba con una excelente traducción de Víctor Gallego Ballesteros.

Se cumplen ciento cincuenta años de su nacimiento (29 de enero de 1860) y se le puede aplicar con absoluta propiedad esa palabra que muchos desprecian con la boca grande y ansían con toda su alma, la palabra clásico; es decir, modelo vivo, mensaje que no ha perdido su actualidad, calidad literaria por encima de todas las cosas. Hay muy buenos cuentistas y Chéjov es uno de los mejores de todos los tiempos sin lugar a dudas. También fue autor teatral de éxito con obras como 'Tío Vania', 'Las tres hermanas', 'La gaviota' y 'El jardín de los cerezos', texto que concluye con esa maravillosa elipsis provocada por el ruido del hacha que derriba uno de los árboles con todo el simbolismo que el áspero sonido tiene, mucho más efectivo que la palabra en este caso. Este componente elusivo no se ha destacado de manera suficiente entre los rasgos de estilo del autor pero se fue haciendo cada vez más importante con el paso del tiempo.

FUENTE: DIARIO SUR

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