miércoles, diciembre 23, 2009

ARTICULO DE ANA HERREROS (ANA GRIOTT). NARRADORA ORAL Y ESCRITORA

En una ocasión, el escritor catalán afincado en Marrakesch Juan Goytisolo, reflexionó en alto sobre la pérdida de identidades culturales de muchas sociedades, aplastadas por la capacidad de invasión económica y social de otras. Y tan alto reflexionó que pidió que el Tribunal de Derechos Humanos de la ONU juzgara algún día a Walt Disney por «crímenes contra la humanidad». ¿El delito? Llenar la cabeza de los niños de todo el mundo de patos Donald, Mickey Mouse, etc. Goytisolo se preguntaba por el destino de la tradición oral y escrita de todas las culturas invadidas por la máquina de sueños del poder americano.
Con los mayores pasa un poco lo mismo. Conocemos a los Conan, X-Men y todos los malos malísimos del cine. Pero ¿recordamos a los 'hombres del saco', 'sacamantecas' o las brujas pirujas que asustaban generación tras generación? Gente como Ana Isabel Herreros recorre los pueblos, habla con los viejos y luego escribe sus relatos, que nos recuerdan que aún queda una rica tradición de brujas y otros totems con más poder de evocación que Batman.
Igual que los aspirantes a estrella musical, Ana Cristina Herreros (León, 1965) comenzó recorriendo los pubs madrileños para contar historias y darse a conocer. Era el año 1992 y, como los artistas, se dotó de un nombre para la escena: Ana Griott. «La gente se quedaba pegada, lo que me demostró que los cuentos y relatos nos interesan a todas las edades». El esfuerzo fue cuajando y esta doctora en Lengua y Literatura Latinoamericana dio el salto de escenario y acabó presentado libros de monstruos incluso en casas reales como la de Jordania invitada por el Instituto Cervantes. «Allí tenía que pasar el control del censor de la casa real».
Poco a podo descubrió la infinitud de una tradición tan rica en España y los libros fueron cayendo. Y así encontró a Blancanieves en León y a Hansel y Gretel en Canarias. Ha recorrido los caminos para reunir cuentos de muchos lugares y ahora publica ‘Libro de las brujas españolas’ (Ed. Siruela), con 42 cuentos y 24 historias. Su teoría es que los cuentos sirven para transgredir lo prohibido y hablan de «aquello que en la vida real no puede pasar».
–¿Por qué dedicarse a algo que no figura en la lista de ocupaciones con futuro laboral?
–Mi abuela jamás me contó un cuento porque hablar y contar era peligroso, y significarse para una familia republicana tras la Guerra Civil suponía problemas. Aprendí a contar cuentos escuchando su silencio. Y escuchar a los que no tienen voz. Y luego me tocó una madre analfabeta gallega. Esto fue el ‘súmmum’ del contacto con lo pupular y lo cercano a la tierra. Así que yo rompí con estas gentes y salí con la pedantería de relatar y escribir.

ARTICULO COMPLETO: NORTE DE CASTILLA

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