"Estamos tumbados en la cama, leyéndonos en voz alta, una de las cosas que más nos gustan. Cada uno empezó con su libro pero disfrutábamos tanto que no pudimos resistirnos a compartir el placer. Yo he estado de librerías y encontré Contra los poetas, de Gombrowicz; a él le traje el primer volumen de la antipoesía de Nicanor Parra. Nos reímos a carcajadas, deslumbrados y divertidos por las páginas geniales de ambos. Además, estamos muy guapos, porque los dos nos hemos cortado el pelo.
Si la cosa se pone fea con la salud o la justicia, no hay nada como poder llamar a un amigo.
En la vida conviene tener un amigo médico y un amigo abogado. Si la cosa se pone fea con la salud o la justicia, no hay nada como poder coger el teléfono y llamar a un amigo. Pero añado que hay que tener a mano un peluquero y un librero. Si tu médico y tu abogado te dotan de una cierta tranquilidad ante las cuestiones más serias, ante los trámites más inquietantes, ineludibles y aburridos, tu peluquero y tu librero representan siempre una puerta que se abre al cambio, al juego, al descubrimiento, y en sus manos pones un asunto no menos serio y mucho más feliz: la belleza de tu cabeza.
.../...
Articulo completo: EL PAÍS
No hay comentarios:
Publicar un comentario