"Caperucita roja", "La lechera" o "El traje del emperador" son sólo algunos de los títulos que ha recuperado este turolense en una exposición que planeta como "un alejamiento adulto" de "los cuentos de hadas".
"Ahora que los releo con mis hijos veo que han envejecido mal. Han sido siempre modelo, un libro de texto, una forma de aprendizaje para los niños, pero hoy día, cuando los revisas, cuando los estudias, te das cuenta de que hay ciertos roles, como el papel de la mujer, que han estado muy infravalorados, y lo que he hecho ha sido alejarme, en la medida de lo posible, de los cuentos y emplearlos como un pretexto para decir otro tipo de cosas", explicó ayer el autor durante la presentación de esta muestra, la primera que realiza en Huesca, y en la que asegura que, "sobre todo, se ve mucha ironía y mucho sentido del humor".
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