Mon Mas asistió un día a una sesión de una narradora oral que contaba cuentos y pronto vio que eso era lo que quería hacer. El destino, la vida, o sus ganas de comunicar y de compartir, la llevaron hacia una de las profesiones más desconocidas para muchos, y que como todos los trabajos, necesita de unos conocimientos y de una técnica apurada. Mon se ha especializado en la lectura de cuentos infantiles en locales como bibliotecas o fiestas, aunque dota sus narraciones de un estilo propio y moderno donde es necesaria la participación de los más pequeños, pero también de sus padres. No huye de los clásicos, aunque considera que es importante que los niños no tarden en darse cuenta de que los cuentos, como la vida, no son siempre de color de rosa. Hace unos años se unió a la también narradora oral Carmen González y a la payasa Merche Ochoa, para crear la compañía Som 3D3, dirigida a la narración de cuentos para adultos, algunos de ellos eróticos y picantes. Érase una vez una entrevista que empezaba así…
-Usted se define como una narradora oral. ¿Son los trovadores del siglo XXI?
-Es una definición un poco arriesgada pero es algo que no me he planteado, quizás sí. De hecho, los trovadores eran aquellas personas que llegaban a los sitios y explicaban las grandes historias. Quizás, ahora que lo dices sí que podríamos serlo, eso sí, sin explicar grandes historias, pero sí cuentos. Además nuestra función también es comunicar…¡Al final te voy acabar dando la razón!
-Bien, se lo agradezco, aunque tampoco era mi intención. ¿Cuándo tuvo claro que su trabajo sería explicar historias a los demás?
-Mis antiguos trabajos ya estaban un poco relacionados con la comunicación. Hice de guía de naturaleza para los niños, y para explicar la cantidad de árboles que había en el bosque ya me inventaba historias sobre ellos, como por ejemplo, que el pino se había enamorado de la encina, y así los niños visualizaban mucho mejor los árboles. Esto me sirvió inicialmente. Posteriormente, también he hecho trabajo social y en determinadas ocasiones, para que los usuarios entendieran mejor el objetivo de nuestra tarea, tenía que explicarles una historia. Pensaba, ¡pero si no paro de explicar historias!
-Y se convirtió en una cuenta historias…
-Bueno, en un trabajo posterior en el que me dedicaba a hacer propuestas para escuelas y hacía los programas educativos para los maestros, tenía que contarles la historia de lo que pasaría y convencerlos de que los niños se lo pasarían muy bien. De hecho, no fui consciente que estaba explicando historias hasta que un día fui a ver por casualidad un concierto en un bar y al día siguiente hacían cuentacuentos. Cuando fui a ver el espectáculo y escuché a la narradora oral, pensé, es que ya sé lo que quiero ser, quiero ser cuentacuentos. Quiero expresar, quiero comunicar y quiero hacer remover cosas a los demás.
-¿En ese momento usted desconocía que existía esta salida profesional?
-Quizás sí que había oído algo, pero no le di la importancia debida en su momento. Me interesaba el teatro, y hacía teatro, pero esta salida no la había detectado hasta ese momento.
ENTREVISTA COMPLETA: LA VANGUARDIA
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