Tenía que llegar. Ya no era solo que en los carteles más cutres de las fiestas de pueblos pusieran: Actuara un "cuentacuentos", sin nombre, sin más, como si esta palabra ya contuviera todas las explicaciones dentro de ella. Es decir, una persona que nos entretendrá a los niños durante un rato. Ahora ya comienza a utilizarse como un insulto más. Antes se decía, "ese es un cuentista", pero tenia algo de mentirosos creativo, de caradura con estilo. Pero "Cuentacuentos" se ha convertido en algo más bajo, más rastrero. Así en un medio de comunicación nacional, aparecía esta noticia:
La presidenta de Madrid falta a la verdad respecto al caso Correa
Aguirre, la “cuenta cuentos”, trata de lavarse las manos
Desde hoy mismo si alguien me llama "cuentacuentos" me lo tendré que tomar como un insulto.
2 comentarios:
Los titiriteros ya hace tiempo que tienen que soportarlo, gracias, sobre todo, a algún que otro agitador radiofónico. Y mira que hay pocas cosas más importantes que unir a un grupo de niños en torno de la palabra o el teatro, pero... supongo que no todo el mundo piensa igual que yo.
Pues yo estoy orgullosa de llamarme cuentacuentos, cuentera, cuentista, contadora e incluso alguna vez me llamaron "hilvanadora de historias". De todas formas, a ese "periodista" autor de la noticia se le debería de enviar una nota. Si es un medio escrito (imagino que sí) lo ideal sería mandarlo a "cartas al director" para darle un tirón de orejas y explicarle lo que es un CUENTACUENTOS. Me ofrezco voluntaria, si me mandais un mail con la fecha de la publicación y el medio, le respondo como se debe. Os aseguro que no es la primera vez que he tenido que hacer algo así (aunque no con referencia a este mundillo) y sirvió de mucho hacerlo. Debo decir que durante unos años trabajé como redactora en varios medios de radio escrita, así como en radio, así que sé hacerme leer y escuchar.
Publicar un comentario