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La sesión del jueves fue de menos a más. Un comienzo algo titubeante, hasta que fue cogiendo el ritmo a los cuentos y a la noche, y una vez lanzado, nos entregó todo lo que llevaba dentro y más.
Joxemari eligió esta vez contarnos los cuentos que le gustan a él. Cuentos recogidos de culturas diversas: de Europa, América, África... en algunas de las muchas versiones que circulan por el mundo. Las que más le gustan a él.
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Con estos cuentos se siente cómodo, y los transmite con entusiasmo, pues cada cuento era "la mejor historia que he escuchado", o "el mejor cuento que me he encontrado por ahí". Uno detrás de otro. Y ciertamente todas las historias contaban algo; es lo que tienen los cuentos tradicionales: que por algo han resistido el paso del tiempo, porque le llegan dentro al que escucha.
Decía que nos entregó lo que llevaba dentro y más, porque de propina, fuera de programa, nos ofreció un cuento elegido por el azar, sugerido en una carta elegida por una mano inocente.
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Y una vez más, una sesión de esas en las que pierdes la noción del tiempo, y que quisieras que se alargaran un poco, un cuento más, y otro y otro...
Pero como no puede ser, esperaremos hasta la próxima visita de Joxemari.
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