Había una vez un cuentacuentos que quiso que los alcalaínos viajaran, sin salir de la ciudad, a mundos que sólo conocían unos pocos afortunados. Su nombre es Blai Senabre y llega esta noche a la Corrala dispuesto a que todos los asistentes saquen, sin miedos ni pudores, al niño que llevan dentro.
A Blai Senabre le encanta “vivir del cuento”. Así, literalmente. Pero del de verdad, el que los abuelos les cuentan a sus nietos cuando son pequeños y el que, según dice “deberíamos recuperar mucho más a menudo porque es beneficioso para el alma, el espíritu, para liberar la mente, para aprender a escuchar...” Y con esas justificaciones se entiende que también le encante que, cuando alguien le pregunta por su profesión, él pueda responder con una amplia sonrisa: “cuentacuentos”.
Su aventura como narrador de historias comenzó allá por 1995 “y casi por imperativo legal”, porque surgió la oportunidad de ejercer de cuentacuentos junto con unos compañeros de su grupo artístico y “como somos unos teatreros, lo hicimos”. Desde entonces, a Blai le encandiló de tal manera la cercanía que este trabajo le permite tener con el público que, aunque también participa de algunas representaciones de teatro infantil, supo que no quería hacer otra cosa.
Y eso que, para él, los momentos previos de cada actuación son los más difíciles “porque no sabes cómo va a reaccionar la gente, si vas a conectar con ellos...”, pero, según dice “al final esos nervios son también el motor que te anima a salir”. Porque una vez que está entre sus oyentes, no hay vuelta atrás. Sólo están él y sus historias, las que ha ido recopilando de libros y, sobre todo, las que ha intercambiado con otros narradores, las que le han contado y ha adaptado a su estilo ya “que cada uno cuenta las cosas a su manera y añade sus propias experiencias”.
Y su estilo busca que el público se adentre en las historias como, según recuerda, “un niño que, cuando el monstruo quería matar a los padres del protagonista del cuento, saltó y corrió hacia mí para darme una solución y que eso no pasara”. No en vano, reconoce que “los más pequeños siempre se dejan atrapar por los cuentos, los disfrutan como si fueran ellos los protagonistas”. Una capacidad que le gustaría que los adultos recuperaran con más frecuencia “igual que al niño que llevamos dentro, porque si saliera más a menudo sería un gran avance para hacer un mundo más agradable”.
Desde su punto de vista, el problema está en que, pese a que en España existe una amplia tradición de contar historias, es algo que, cuando los niños crecen, se deja de incidir en la necesidad de escucharlos y se tiende a asociar este tipo de relatos con los más pequeños. Pero nada más lejos de la realidad. “Nos cuentan muchos”, dice entre sonrisas, “pero los mayores estamos muy necesitados de cuentos y, sobre todo, de relajarnos, de escuchar, de dejarnos llevar por las palabras”.
No obstante, considera que, afortunadamente, es algo que está cambiando y que cada vez son más los adultos que se acercan a disfrutar de la narración de un cuento. “Al principio, cuando actuaba la gente me decía ‘ah, que interesante, ya me pasaré con mi hijo’ y se sorprendía de que le dijera ‘no, no, que tienes que dejar al niño con los abuelos, que los cuentos son para ti”, explica.
De hecho, comenta que, en su paso por el Forum de las Culturas que tuvo lugar en Monterrey (México), descubrió que en Latinoamérica un cuentacuentos tiene un reconocimiento especial que aquí sólo se percibe más por parte del público que por parte, por ejemplo, de las instituciones, “pero es algo que pasa siempre,” concluye. Además, fue entonces cuando conoció al Colectivo Légolas: “hicimos una ‘contada’ y decidimos que teníamos que contarnos más cosas”. Y dicho y hecho. Así que todos los que quieran disfrutar de las pequeñas grandes historias de Blai, tienen una cita esta noche en la Corrala. ¿El objetivo? Muy sencillo: liberarse durante un rato de las preocupaciones y dejarse atrapar por los cuentos.
TODOS LOS JUEVES EN LA CORRALA
El colectivo escénico Légolas inició a principios del mes de octubre la segunda temporada de ‘La Corrala, los jueves se cuenta’, que está reuniendo en la Corrala (C/ Damas, 9) a narradores llegados de diferentes provincias –y países–. Así, ya han pasado por su escenario Maísa Marbán, de León, y Alfredo Becker, de Chile, y tras la actuación de Blai Senabre (Altea, Alicante), llegarán cuentacuentos como la peruana Marissa Amado (23 de octubre), Mercedes Carrión, también de Perú (30 de octubre) o los madrileños Cuentos y Cantos (6 de noviembre). Las actuaciones, normalmente destinadas al público adulto, se realizan todos los jueves hasta el 11 de diciembre, a partir de las 21.30 horas
ORGANIZA: LEGOLAS
FUENTE: DIARIO DE ALCALÁ
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