Siempre hemos sostenido la necesidad de aprender del teatro como arte afín a la narración, de sus métodos de trabajo, de toda su investigación sobre le cuerpo, la voz y otras disciplinas que en el mundo de los cuentos no se desarrollan, de tomar su seriedad a la hora de los ensayos, de la puesta en escena, del trabajo prueba error, de alcanzar esa claridad de diferenciación entre aficionados y profesionales... Pero también hemos avisado del peligro que tienen los actores cuando se ponen a contar cuentos y creen que se trata de interpretar un personajes más "el cuentista" y sobreactúan, impostan la voz, gesticulan en exceso... en vez de darse cuenta de que el narrador es uno mismo, con todo el trabajo que hemos hablado antes, pero uno mismo, sin personaje.
Aquí os ponemos un enlace para ilustrar esto que decimos, cuando el actor piensa que ser "narrador oral" en aplicar un método más de creación de personaje:
MANU MEDINA
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