*Publicado en el nº 13 de Quaderns de la Mediterrània. Institut Europeo de la Mediterrània. Patrimonio cultural inmaterial y memoria. (inglés y español)
Los ojos del día inspiran las leyendas de la noche [1]
“La poesía y narrativa saharaui se transmiten de manera oral, de modo que, al repetirse, desarrollan la capacidad nemónica de personas que aprenden las suras del Corán, las rutas de las estrellas, los usos medicinales de las plantas, los nombres de por lo menos siete ascendentes masculinos de su familia para establecer los lazos de parentesco, y todas las obligaciones que éstos conllevan, con las demás personas”[2].
La saharaui es una sociedad beduina enraizada por siglos en una vida nómada en busca de la nube que traiga pastos y bienestar para la comunidad, en la que el poeta es el máximo exponente de la tradición oral. El carácter eminentemente nómada de la sociedad saharaui, estudiado por el antropólogo Julio Caro Baroja en su tratado “Estudios saharianos”, determinó que la tradición cultural saharaui fuera casi en su totalidad oral, al no ser una sociedad sedentaria y no conocer apenas núcleos urbanos. “(…) los representantes más caracterizados de este ciclo son los nómadas del desierto, que en algunos escritos franceses son denominados les grands nomades, para distinguirlos de los petits nomades, de los semi nomades montagnards y de los sedentaires que nuestros vecinos, [en referencia a Francia], hallan a su lado en Marruecos y otras partes a donde les han llevado sus empresas coloniales africanas. En líneas generales esta división es también para establecer diferencias de tipo económico-cultural entre los pueblos comprendidos en la franja que va desde el territorio de Ifni hasta el extremo sur de la colonia de Río de Oro”[3].
La cultura saharaui sienta sus bases en la memoria de sus habitantes más que en obras escritas, aunque algunos sabios dejaron para la Historia del Sahara varios libros fundamentales, tal es el caso de eruditos como Chej Mohamed El Mami y su obra Qitab Albadia (El libro de la badia, un tratado sociológico de la sociedad sahariana en la primera mitad del siglo XIX) o Chej Ma Elainin, autor de más de trescientas obras e impulsor de la biblioteca de la ciudad santa saharaui de Smara. La mencionada biblioteca, que contenía más de 5.000 volúmenes, fue vilmente saqueada y quemada por el coronel francés Mouret en 1913.
Es la poesía la verdadera base de la oralidad saharaui. “Si de repente se le preguntase a un saharaui de poesía lo más seguro es que a su mente no acudirá ni el título de un libro de versos ni el título de un poema. Sin embargo es muy probable que pueda citar los nombres de los poetas más conocidos e incluso podría recitar varios versos de memoria. Y es que la poesía tradicional saharaui en hasania, lengua de los saharauis, sigue siendo oral, a pesar que en los últimos años se haya intentado escribir y archivar y así evitar que algún día desaparezca con sus propios autores. La poesía, ajena a cualquier influencia externa, continuó su viaje en su tradicional vehículo, es decir, de boca en boca y anidando en la prodigiosa memoria de vates, cantores y de los amantes de la poesía”[4].
ARTICULO COMPLETO: GENERACIONDELAMISTAD
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